MUCHO MÁS QUE DINOPORNO: COMPAÑEROS DE CAZA, DE RAFAEL DE LA ROSA

Me siento una persona afortunada por, entre otras cosas, haber visto desde lejos el desarrollo de este libro. Esto va a sonar al abuelo Simpson contando sus batallitas, pero yo fui uno de los primeros privilegiados en escuchar esta idea. Y no lo digo yo, ojo. Lo dice el propio autor. La dedicatoria de mi ejemplar de Compañeros de caza reza: 

Tú fuiste uno de los primeros en escuchar hablar de esta novela, ¡y no arrugaste la nariz!

Lo recuerdo como si fuese ayer: Hispacon 2018, un bar cualquiera de Navacerrada, un montón de escritores y gente guay sentados alrededor de una mesa; Rafa, Nieves Mories y yo hablando (yo hablando menos, porque a veces más vale callar y escuchar lo que gente guay tiene que decir). Y Rafa iba diciendo algo así cómo: 

— Pues estoy trabajando en una novela corta que he bautizado ‘dinoporno’. Va de un científico en un laboratorio que está experimentando con dinosaurios, y empieza a sentir algo por uno. 

(O algo así, yo qué sé. Mi memoria es una mierda). 

Arrugar la nariz no la arrugaría, pero sí que pensé que a Rafa se le había ido la pinza. De hecho, creo que lo que pensé exactamente fue: esto no es para mí. Porque vaya, ¿dinosaurios follando? Creo que todos podréis comprender un poquito lo que quiero decir. ¡Dinosaurios teniendo sexo! Yo me imaginé algo así como un T-Rex empotrando a un científico contra la mesa del laboratorio, claro, ese no es mi estilo. La erótica nunca ha sido un género que me llamase la atención, y si es con dinosaurios, menos. Pero mira, estaba equivocado. Rafa de la Rosa me demostró que podía emocionarme leyendo como follan dos dinosaurios. Y créeme: tú también. 

Porque como dice Rocío Vega en su reseña de la novela, «más que dinoporno, este bolsilibro es dinorromance». Compañeros de caza va mucho más allá de las empotraciones y la erótica. Compañeros de caza es una historia de amor entre un dinosaurio y un hombre. Sí, como suena. Y a lo tonto es una de las historias de amor más bonitas que he leído nunca. 

Daniel, el protagonista, trabaja en unos laboratorios investigando con dinosaurios. En especial se dedica a relacionarse con un ejemplar de Achillobator adulto. Él, Daniel, se mete en un avatar de Achillobator hembra y trata de ligárselo, básicamente. Su plan es lograr procrear con el Achillobator macho, apodado Aquiles. Cuál es la sorpresa de Daniel cuando descubre que el dinosaurio no parece muy interesado en las hembras. Ya sabes lo que quiero decir. Entonces Daniel tiene que cambiar de planes, y una cosa lleva a la otra y se acaban pillando. Y si la sociedad actual ya pone problemas con las relaciones homosexuales, pues imagínate con las relaciones homosexuales interespecie. 

Entiendo que somos compañeros de caza independientemente del cuerpo o de la situación en la que estemos, Daniel. Entiendo que te quiero y que no fue el instinto reproductivo lo que me llevó a enredar tu cola en mi cuello aquella noche, igual que no tengo intención reproductiva ahora. 

En Compañeros de caza, Rafa de la Rosa es capaz de construir una historia que, aunque pueda sonar disparatada al principio, resulta creíble y emocionante. Antes de lo que te das cuenta te estás enamorando de Aquiles junto a Daniel y no puedes hacer nada por evitarlo. Para el final de la novela contendrás la respiración porque no querrás que le pase nada a tu pareja interespecie favorita. Cuando acabes el libro no podrás evitar soltar una lagrimita. Y de ahí a los fanfics solo habrá un paso. 

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